URBE

¿La Libertad avanza?

Por Natalí Risso
20/11/2021

Está cagaada, la casta está cagaaada, la casta está cagaaada, la casta tiene mie e do. Son las diez y monedas y el Luna Park vibra. Con el 17% de los votos en las elecciones de medio término, la ultra derecha se acaba de proclamar como la tercera fuerza política en la Ciudad de Buenos Aires. Zurdo, compadre, la concha de tu madre, se escucha enardecido el campo y las pocas plateas habilitadas de un Luna Park que esta noche es el búnker del candidato del partido La Libertad Avanza, Javier Gerardo Milei.

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El estadio vibra hace por lo menos cinco horas, desde que empezaron a llegar los primeros militantes a esperar los resultados y consumir merchandising libertario: pins de “Milei o Ezeiza” 100 pesos, cuadernos “Te salva el mercado no el Estado” 500 pesos, posters “Los impuestos son un robo” 200 pesos. Más pins: “Troll de Milei”, “La casta tiene miedo”, “Menos Perón más Alberdi”. Uno agarra el de “La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”. Dice que le encanta, que está buenísimo pero que es muy largo, que si lo llevás puesto no te lo lee nadie. Durante la espera, el público no grita. La vibración es una decisión del Partido: el compilado de La Renga, Led Zeppelin, Metallica y AC/DC compiten sonando a todo volumen con los redoblantes de una murga de Villa Constitución contratada para eso, para hacer ruido. Bombos o apropiación cultural en el búnker de Milei. El público no grita-todavía-. Hay un clima más bien de especulación, de cálculo. El objetivo: desplazar a Leandro Santoro, el candidato del Frente de Todos, y convertirse en la segunda fuerza política de la capital. A medida que llegan los fiscales y los primeros números, la esperanza se va diluyendo. En la mayoría de las mesas hasta ahora contadas, quedan terceros.

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Crédito: Diego Medina @shalakocine

Con los resultados oficiales aparecen también los héroes de esta noche. El primero que sube al escenario es el abogado liberal Carlos Maslatón, que se define a sí mismo como vanguardia del anticomunismo. Es el presentador del evento y el encargado de encender- ahora sí- a un público mayormente joven y masculino, que revolea banderas amarillas con el dibujo de una serpiente y la insignia Dont tread on me – no me pises-, las mismas que identifican a los libertarios yankis.  “Estamos celebrando la libertad”, arranca y espera.

¡Li-ber-tad, li-ber-tad, li-ber-tad! Conoce a su público.

“Muchas gracias a todos los militantes liberales que fiscalizaron y a los que vinieron del resto del país. Nosotros no tenemos el dinero que tienen aquellos que se apropian de los fondos públicos para financiar sus actividades políticas con actos de corrupción”, dice sin sonrojarse ante la evidencia. Es que desde las PASO, Milei mudó su búnker desde un modesto hotel en Once al mítico estadio de la calle Bouchard. Algunas investigaciones identificaron que los financistas de estas campañas ultraderechistas en la región son ONG internacionales sostenidas por empresarios, e incluso algunas apuntan contra grandes fondos de capital como BlackRock o Templeton, tal como denunció la periodista Maria Seoane recuperando uno de estos informes en su cuenta de Twitter.

Borombombom borombombom Es la derecha de Maslatón.

“No pasó nunca que alguien en contra del establishment, negado por los principales medios que después no lo pudieron bloquear y tuvieron que reconocerlo, saque 17 por ciento de los votos”, sigue sin sonrojarse Maslatón. Entre el 2018 y el 2020, Javier Milei figura como el economista más entrevistado en radio y televisión. Sobre todo desde el 2016, su presencia en medios hegemónicos es más que frecuente.

Crédito: Diego Medina @shalakocine

Y no solamente hegemónicos: tiene formas de difusión directas e indirectas a través de soldados libertarios con canales de YouTube, Telegram, Twitter, Instagram y Twitch. Gran parte de esos divulgadores de ideas libertarias copan esta noche la sala de prensa. Decenas de jóvenes de traje y gomina transmiten la previa desde un celular. Un chico de 17 años interrumpe la transmisión de uno que tiene la gorrita roja con el lema de campaña de Donald Trump, Make America Great Again – hay varios con ese look-. “Aguante La Derecha Diario”, le grita y sigue.  Más tarde otro se acerca a pedirle una foto. Se conocen entre ellos, de canales de Telegram, de vivos de Instagram, de conversatorios en Youtube. Gran parte de la construcción de poder de la ultraderecha se hace desde la virtualidad. Son, sin duda, unos de los protagonistas de la noche.

Maslatón sigue arriba del escenario: “Estamos celebrando que finalmente va a haber gente en el Congreso defendiendo la austeridad, en contra del socialismo de Estado del intendente sombrilla Larreta”.

Larreta, compadre, la concha de tu madre. Conoce a su público.

LEVANTEN LAS MANOS, LOS ESTAMOS CUIDANDO

Con la audiencia  encendida, Maslatón invita a subir a los que integraron las listas. Primero, los que no consiguieron la banca: “Vayan subiendo. Al ataque. Procedan”. Presenta a los que trabajaron en la campaña, hace un especial énfasis en Santiago Oría, “el cineasta nacional que registra la campaña, de la talla de la artista que registró los momentos más épicos de la historia mundial”. Está aludiendo a Leni Riefenstahl, que rodó tres filmes propagandísticos sobre los grandes actos de masas del partido nazi.

Presenta a la segunda en la lista para la legislatura de CABA Lucía Montenegro como “maestra de las armas”- en vez de las artes- marciales. Suena como un furcio pero no lo corrige. 

Después sube Ramiro Marra, primer candidato a diputado de la legislatura porteña. Marra viene a agitar un poco más al público: “Cantemos, a ver para las cámaras de televisión. La casta tiene mieeeedo, la casta tiene mieeeedo. Me dicen que Larreta tiene miedo también. A ver, cantemos”. Cuando toca presentar a Victoria Villaruel, la segunda en la lista para el congreso nacional, el campo ya está desatado.

¡Basta de negros!, ¡Basta de negros!, ¡Basta de negros!

Después de respetarles su cántico durante unos minutos, la “dama de hierro”, como la acaban de presentar, lee: “Gracias a ustedes, los electores, y a los fiscales. Los que están acá y los que no pudieron venir. Sin todos ustedes este día no hubiera llegado nunca”. El agradecimiento se ve interrumpido por un hombre de seguridad que se acerca al borde del escenario mirando al público encendido y con los ojos puestos particularmente en uno que, desde los hombros de otro, intenta acercarse para probablemente subirse a la tarima.

Crédito: Diego Medina @shalakocine

Al hombre encargado de la seguridad no le alcanza con acercarse a mirar. Se corre con la mano derecha el traje y muestra la funda de su arma. El hombre encargado de la seguridad del evento está armado y pretende tener preparada su arma o quizás solo asustar a los electores, a los fiscales, a los que están acá. A los que Villaruel acaba de agradecer. La escena está fuera del libreto pero resume el espíritu libertario. Las frases en los pines que se venden alrededor del estadio, las de las banderas, las de Milei en los canales de televisión.

El hombre del arma es el único que logra dejar al estadio en silencio por unos segundos. 

Solo unos segundos, porque la fiesta sigue y el termómetro llega a su máxima temperatura cuando suena Panic Show – aunque a La Renga no le guste- y Maslatón presenta al “héroe de la libertad argentina”, que entra con su campera de cuero negra gritando, saltando, cantando, más eufórico, más sacado que nunca.

Grita: “Gracias por tanto rugido”. El estadio se viene abajo. 

Grita: “Recordemos que hasta hace poco ser liberal era vergüenza y hoy estamos con la frente en alto y orgullosos de ser liberales”. Aparecen más carteles: Milei Presidente, Libertad. Las banderas flamean más que nunca.

¡Milei presidente!, ¡Milei presidente!

Milei sigue gritando y repite lo de siempre, habla de la casta, del capitalismo, del comunismo. Putea a Larreta, putea a Santoro, putea a Alberto Fernández. El público silba más fuerte cuando nombra a Alberto Fernández. El público estuvo a punto de ser apuntado por un arma, pero igual festeja.

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