“LA CRÍTICA DE CINE COMO LA CONOCÍAMOS ESTÁ EN EXTINCIÓN”

Hablamos con José Luis De Lorenzo, director y fundador de A Sala Llena, el sitio cine que se fue reinventando una y otra vez a lo largo de 12 años hasta convertirse en uno de los medios referentes de la crítica cinematográfica argentina y que también lanzó su propia editorial.

A Sala Llena nació como un proyecto entre José Luis De Lorenzo, Matías Orta y Florencia Gasparini Rey. Tres personas que comenzaron a hacerse amigas entre las funciones del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y el Bafici hace ya más de 12 años.

José y Matías se habían conocido algún tiempo antes cuando ambos escribían en la página de la productora Chak, de Sebastián De Caro. Una vez que ese espacio cerró, las ganas de continuar escribiendo sobre cine los llevaron a abrir su propio sitio.

Hoy, A Sala Llena no sólo es uno de los medios referentes de la crítica cinematográfica del país, también es una editorial especializada en textos vinculado al inabarcable mundo del séptimo arte.

¿Qué es lo que distingue a ASL del resto de los medios de cine?

Por su profesionalidad e independencia. En el ambiente del cine, muchos entablamos relaciones con directores, productores, actores, guionistas y críticos, pero eso jamás impidió que tengamos completa libertad en lo que publicamos. No estamos atados a pensar que podemos quedar mal con alguien, ni a escribir a favor de un film porque recibimos pauta comercial de alguna distribuidora, menos aún ser serviles a ningún gobierno de turno o gestión del INCAA.

Hoy en día en ASL escribe un staff fijo y un grupo de colaboradores que está constituido por críticos de cine con los que me formé leyéndolos. Me interesaba que estuviesen presentes en el proyecto sin importar que sus visiones sobre qué es el cine sean opuestas o sus ideologías, razón por la que destaco que en el sitio actualmente hay una pluralidad de voces aún más acentuada que en sus inicios; A Sala Llena se convirtió en el espacio donde pueden convivir textos de distintas posturas.

¿En qué sentís que el proyecto cambió con el tiempo y en qué mantiene el mismo espíritu?

El sitio transitó diversas etapas. buenas y malas. Lo que lo distinguía en una de ellas, dejó de hacerlo en otra. Y está bien que así haya sido. Aprendimos de errores y con ciertos cambios que propuse comenzamos a crecer en cantidad de visitas a un nivel que no imaginábamos poder lograr en el corto plazo.

El sitio evidentemente cambió para mejor, dejó de ser una web de amigos y se profesionalizó. De hecho, el proyecto cambió específicamente en el momento que planteamos que debía dejar de ser una web rutinaria, algo que veo a menudo en otros sitios, plagados de una crítica perezosa o, por decirlo de algún otro modo, en “piloto automático”.

Comenzamos a sumar actividades como cursos y seminarios presenciales, la realización de video-ensayos y encuentros que registramos audiovisualmente y ahora se pueden ver en nuestro canal. Además, abrimos ASL ediciones, con el afán de editar libros de cine en papel. Todas acciones que implicaron el acercamiento a quienes escriben en el sitio.

¿Cómo surgió la idea de crear la editorial?

La idea surgió al ver que revistas de cine que leíamos asiduamente dejaron de imprimirse y se convirtieron en digitales o directamente desaparecieron. En lo personal, me alejé de ASL por dos años porque estaba preparando una revista de crítica de cine en papel con críticos nacionales e internacionales. No lo pude concretar en ese momento, pero me encantaría poder hacerla realidad en el futuro. Ya está diseñada, tiene un nombre registrado y el “ok” de críticos internacionales que jamás pensé que estarían interesados en involucrarse.

Tras ser nuevamente convocado por Matías Orta para dirigir el sitio, y con la revista en papel postergada, todavía tenía en mente la idea de publicar. Ahí fue cuando me reuní con Ángel Faretta, quien se había retirado de la crítica de cine para escribir sus libros sobre teoría, crítica y poesía. Al contar con esa información, sólo restaba tomar la decisión de embarcarnos en algo nuevo. Desde ya que haber editado Hitchcock en Obra, que ya cuenta con una tercera edición, me enorgullece. Y que Ángel haya confiado en mí para editarlo también es motivo de mi agradecimiento hacia él.

¿Qué rol creés que ocupa la crítica de cine en la actualidad?

Se ha hablado hasta el cansancio sobre este tema en ciclos, festivales, podcasts y creo que la respuesta es siempre la misma: el oficio del crítico de cine y la crítica como todos la conocíamos está en extinción. En muchos casos hoy en día es perezosa, no tiene la misma influencia que décadas atrás, no crea debates profundos; se busca la inmediatez y se lee menos evidentemente.

Además, surgieron una infinidad de medios, podcasts, youtubers, influencers que no sólo opacaron al texto y al crítico tradicional -que no quiso o no supo o simplemente no tenía por qué subirse a esos cambios-, sino que acapararon la atención de los jóvenes.

No obstante, frente al panorama desolador que veo en la crítica y el desinterés en general por la lectura, me pone contento que varios textos de ASL en estos últimos años hayan generado polémicas genuinas y dejando a varios pensando porque ese es uno de los objetivos que tiene el texto crítico.