Música

“El tango es la representación musical del ser nacional”, Entrevista a Tomi Lago

Por Francisco Calatayud
29 de mayo de 2024

Tomi Lago canta tango hace mucho. Con su viejo viviendo en España hace más de 20 años y su hermano que más recientemente decidió irse a Holanda, cantar tango fue para él una manera de confirmar su decisión de quedarse. Profesor de boxeo, peronista militante, ex estudiante de Ciencia Política en la UBA, produjo y programó ciclos en el Centro Cultural Simona y empezó a cantar en un bodegón con taxistas y policías. En 2020 sacó su primer trabajo, “Un Guiño”, donde ya mostraba su intención de hacer un tango que le hable a su época, y al año siguiente salió “Un Picasso”, un EP que ya combinaba distintos géneros. El año pasado lanzó “El Consorcio”, su álbum debut, por el que ganó una nominación a los Premios Gardel en la categoría de Mejor Nuevo Artista. Francisco Calatayud charló con él en Urbe para descifrar en donde se cruzan el tango, la identidad nacional, la coyuntura política y el nuevo ambiente de la música.

¿Te consideras más un músico que hace tango o un tanguero que se anima a otras cosas?

Opción B. Es más, no me considero músico honestamente. Me van a retar por decir esto, no es muy marketinero, pero considero que primero soy cantor, intérprete, y después también compositor.

Después bueno, la viola un poco me ayuda para componer y para boludear en un asado. Mi abuela, que por suerte todavía vive y tiene 90 años, cuando le digo que voy a tocar me dice “pero vos cantas”, un poco me ubica eso, ja. El tango tiene eso de que ya tradicionalmente hay uno que hace la letra y otro que hace la música. Hay una división del trabajo. En general los cantores no componían. Yo escribo letras, compongo con Joaquín Plada y con Nano Napoli (Niño Etc.) Yo venía con mucha actividad programando ahí en Simona, había bandas, había joda. Y en la pandemia se cortó toda esa vorágine. Yo venía cantando tangos clásicos y Plada me dijo que tenía un tango para mi, que tenía un tango para mi. Y no estaba seguro, pero lo terminamos, lo editamos y lo largamos, y hasta ahora fue el que mejor le fue, ja.

¿Cómo te llevas con la producción?

No me llevo. Obviamente opino y doy alguna sugerencia, pero no es mi parte favorita. Prefiero la composición, que es un juego hermoso de tirar giladas y ver cuando sale algo bueno. Después me encanta tocar en vivo, pero la producción se la dejo a los que saben.

¿Cuáles son los límites del tango? ¿Hasta dónde te gusta llevarlo?

Mira, mis primeras bandas, de chico, eran de reggae, ska. A mi me gustan el rock clásico y el tango. Para mi Troilo y Goyeneche son Lennon y McCartney, pero yo creo que el tango no tiene límites. Creo que me paro desde el tango porque canto medio así, por mi color de voz, porque encaro las composiciones por ahí, pero no defiendo que esto sea el nuevo tango, me chupa un huevo. Me pasa que me dicen “esto no es tango”, y bueno esta bien, tenes razon. No es una orquesta típica, no es dos guitarras, que se yo. Para ir más atrás a Piazzolla le decían “esto no es tango”, y para mi tienen razón. Es verdad si dicen que no es tango, es post-tango o es jazz, tiene elementos. Siempre hay un choque en ese sentido. Lo que pasa también es que es un género que tiene 130 o 150 años ya, y ni hablar la milonga, que es anterior. Y de esos 150, digamos que la mitad fueron de crecimiento. No hay muchos géneros que puedan decir eso, el rock habrá tenido 30 años de crecimiento, eso es bastante importante. Pero después de eso, de Piazzolla, hubo camadas que yo igual escucho, Adriana Varela, la Fernandez Fierro, pero en general se volvió un género un tanto conservador. Y entiendo también que ese conservadurismo, valga la redundancia, es para conservar algo del original, y lo valoro y me gusta ir a los bodegones y a las milongas y me encanta cantar a Gardel. No se que es lo que hay que hacer, pero a mi me gusta no perder ese contacto, tener una mano ahí. Pero tampoco me gusta abrazarme a eso porque sino va a quedar ahí. Un poco lo que buscamos con este proyecto es ponerle una mano nueva, darle sonidos nuevos. Por ejemplo mi versión de Tinta Roja, la mejor versión ya la hizo el Polaco Goyeneche, ni me caliento, mejor hacer algo distinto. Y ahí, por ejemplo, si entra en juego la producción.

¿Cómo es esto que decías de que te paras desde el tango?

Bueno, es algo que excede lo musical. Yo nací en el Hospital Italiano, viví en Flores hasta los 8 años, después me mudé a Colegiales, osea soy más porteño que la mierda viste. Ya es una cosa de usos y costumbres, de que me gusta charlar con amigos en un café, es algo identitario. El tango es claramente la música de Buenos Aires, y todavía quedan algunos lugares. Yo vivo acá por Warnes, y hay un mecánico que siempre paso y está escuchando a Troilo, y eso es Buenos Aires.Yo creo, como dice Moreno, en el nacionalismo de inclusión. La conformación de la identidad nacional es recibir y amalgamar, y para mi el punto máximo de eso es el tango. Pero después vinieron venezolanos y colombianos y eso es música que se escucha también, y también es música de Buenos Aires. Pero primero es el tango, y yo por eso me paro desde ahi, despues me voy a la mierda y canto boleros o canto blues.

Has hecho salsa, has hecho samba y demás, ¿hay una búsqueda de lo latinoamericano o lo haces porque te gusta?

Las dos cosas. Obviamente me gusta, pero también tengo un sentimiento Iberoamericano, diría. Tengo unas fantasías sobre lo que hubiese sido si no hubiésemos dividido los países, o si los ingleses no se hubiesen metido en el siglo XIX. Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Chile, creo que somos el mismo país en algún punto. Pienso que tenemos las mismas diferencias un porteño con un jujeño o un mendocino que con alguien que vive en Montevideo, La Paz o Santiago, que no son muchas. Después bueno, Brasil es un continente entero, ¿no? Tienen otros procesos de independización y demás, pero yo los incluyo también con Portugal.

¿Ves una línea que une a las tristezas del tango, del bolero, de la samba como algo americano?

Y al blues y al jazz también, los negros excluidos de norteamerica. Y el reggae también es tercer mundo. Al final ahí hay algo más de clase que de otra cosa. Y todo tiene una raíz negra, pero lo que pasa es que hace poco teníamos un presidente que decía que venimos de los barcos. Ese es el porteño que nos hace quedar mal al resto. Hay mucha invisibilización de lo negro aca, pero por ejemplo la palabra tango, aunque hay muchas teorias, se cree que viene de tangó, que era el lugar donde los negros, los indios, los gauchos, mestizos y criollos se juntaban a joder y bailar candombe. Y después con la milonga también, hay algo del 3/3/2 que obviamente viene de África. Que paso por los balcanes, que paso por los árabes y que con los españoles vino para acá. Y ese fraseo tan característico de la guitarra en la milonga, tum tum-tum, tum tum-tum. Había párrafos del Martin Fierro se recitaban con ese fraseo, porque eran el cuento de la experiencia del sufrimiento del gaucho. Y eso es parecido a los negros del sur de Estados Unidos, de los esclavos brasileros o de los azucareros cubanos. El tango empieza así, super clase baja. La payada criolla era un poco el relato de lo que había pasado en el día. Por decirte Artigas, o gente así, tocaban la guitarra. El tipo era protector de la Banda Oriental y no se cuantas provincias y después estaba con todos los muñecos en el fuego cantando y chupando. Hay una tradición de contar lo que pasó en el día que eso si trato de mantenerlo.

El tango supo ser música de arrabales, y a ese lugar después lo supo ocupar la cumbia, el rock barrial, el rap. ¿Te tira especialmente eso?

Yo creo que el tango es el primer género urbano, y chúpense esta. Empieza ahí, en la calle, en el arrabal, pero después toma su forma definitiva. La melancolía, la nostalgia, eso que no le gustaba a Borges, eso si llego de los barcos, y con los instrumentos de allá. Pero eso se mezcló con lo que acá ya había. En Estados Unidos pasaba que cada comunidad se quedaba encerrada en sí misma: los irlandeses con los irlandeses, los tanos con los tanos, y así. Pero aca en Argentina paso algo muy distinto, y en los conventillos el criollo se juntaba con el europeo y con el negro, y al final se armo eso. Esa alianza, el tango, es la representación musical del ser nacional. Y por supuesto que es mestizo. Pero hay algo del tango que, por lo menos hasta Piazzolla, no tenía batería, y la percusión la hacía con los violines o con el piano. Horacio Salgan por ejemplo, que tenía raíces negras, le pegaba al piano como si fuese percusión. Y con la música de ahora me pasa que está todo bien, me gusta para salir y voy a una fiesta de electrónica y no pasa nada y me divierto, pero está muy centrado en lo rítmico. En mi casa no lo escucho. Me gusta más el siglo XX, más de la canción estándar, estrofa estribillo interludio, los cantantes. Y los reggaetoneros de ahora no tienen tanta melodía, no le dan bola a la armonía. Y me gustan canciones de dos acordes igual, obvio, Troilo decía que hay que tocar bien los silencios. Pero eso me aleja. No quiero ser un viejo a los 33 años, pero eso me aleja. Hay excepciones igual que me gustan.

¿Por ejemplo?

La otra vez lo fui a ver a Fonso y Las Paritarias, que me encanta. Creo que agarro una batuta ahí que había dejado Marilina, que también me encanta. Los Winona Ryders, que no se si los escucho tanto pero en vivo me gustaron y mucho. Feli Colina me encanta, me gusta mucho lo que propone. Me identifica además porque, ella siendo salteña, usando sonidos nuevos, mantiene el sentimiento original. Y después obvio, hay compositores de tango nuevo. Hay muchos que son una cagada, y hay otros que no. Hay muchos pibes que tocan muy, muy bien. La verdad es que los que más escucho ya tienen más de 50 años, Cucuza, el Chino Laborde, y bueno, Juli Lasso que debe tener menos de 40. Pero después escucho mucho a los Beatles, viste, David Bowie.

¿Y el candombe?

Me encanta, pero ves, ahí se logra algo de la distensión y del baile sin ser un pelotudo. Teniendo una melodía, y cantando una letra que diga algo, viste. Amor profundo lo que siento al cantar, poco hay en el mundo que me haga sentir igual. Ya ahí lo que te plantea Jaime Ross es que el chabón tiene una angustia existencial que lo único que se la saca es cantar. Está bueno porque mientras tanto lo podés bailar. Facundo Balta también me gusta mucho por ejemplo, hace como un neo candombe que está muy bueno. La familia de mi novia es casi toda uruguaya, así que voy casi todos los años para allá. Para mi somos el mismo país, lo separaron los ingleses porque necesitaban un puerto aca nomas.

¿Se puede entrar al tango así nomás o hay que ser un porteño de ley? ¿Te espera el tango?

Bueno esa anécdota es muy linda, muy representativa. Un notero le dice al Polaco que no le gusta el tango y el le dice “vos tranquilo, el tango te espera”. Y es así, hay un punto en el que ya te separaste, ya te peleaste con un amigo, ya te rompieron el corazón, y además te suena porque ya lo escuchaste. El tango te da historias pero también te advierte sobre un futuro que ya vendrá. Si no te rompieron el corazón o no te pasó que te cruzaste con un falluto, tranquilo negro, ya te va a pasar. Si tengo que recomendarle algo a un pibe de 16, 17 años, le diría que encare por el rock quizás. Charly, Calamaro, Fito, tienen todas cosas que se nota que escuchaban mucho tango. Lo más cercano a eso es el Polaco Goyeneche igual, idealmente empezaría por ahí. Adriana Varela por ejemplo, que fue alumna del Polaco, es una mina que escucha rock, ahora tiene 70 y pico de años pero es una rockera que canta tango. Y a los pibes más chicos les diría que prueben, que se fijen y si no les gusta no lo escuchen. Yo lo recomiendo, porque es como un pensamiento triste que se baila, decía Discépolo.

Y en el cruce con el folklore, ¿qué pasa ahí? ¿Hay tango fuera de Buenos Aires?

Por supuesto, hay tangos camperos que son más parecidos al folklore, y ni hablar la milonga. Hay un tango que es urbano, que te va a pegar más si sos de Rosario, de Mendoza capital, de Córdoba capital. Pero hay otros tangos que aunque no sean los más conocidos son más camperos, y la milonga está mucho más cerca del folklore también. El folklore me parece que no tuvo su Piazzolla, por eso quizás se quedó un poco en lo musical y por eso me gusta tanto lo que hace Feli, me parece re importante. 

Por otro lado, todo tiene una acción y una reacción, y creo que con toda esta homogeneización de la música y full ritmo y demás, sucedió la respuesta que fueron una española, Rosalía, un español, C Tangana, por ejemplo. Escriben muy bien, me encantan, y viste que agarran cosas del flamenco, de la rumba catalana, Tangana hasta canta un poco de tango, poco por suerte. Hay algo también de oferta y demanda, de relación de mercado, porque era todo lo mismo lo que había. Pero también hay grupos de poder que buscan eso. No es casualidad, porque si todo viene de Puerto Rico, que es una colonia yankee, ¿por qué te pensas que quieren que sea todo un tum ba dum ta tum y todo eso? Lo bancamos eh, pero no es solo eso Latinoamerica. Y la respuesta del oyente, que se satura, es culpa de ellos también. En la reivindicación de estos géneros, nacionales, regionales diría, ahí aparece la particularidad. Y lo que siento es que los que nos animemos a renovar un toque, y me incluyo, bajo el riesgo de que nos digan que no hacemos tango o folklore, vamos a lograr que se genere una cosa nueva.

¿A dónde va el tango? ¿Va algún lado o ya es otra cosa, post-tango?

Si, yo creo que es post-tango, si. Porque el circuito del tango termina acotado a un par de lugares acá y a que los que están pegados vayan en el verano a Europa o a Japón y toquen los clásicos. Es un plan buenísimo, no estoy en contra para nada porque además ahí hay guita. A mi me encanta tocar aca, voy con calma, me tomo un vinito, pero es difícil armar mucho. Igual, olvidate, el tango va a donde lo llevemos.

¿Que se viene ahora, un single, un disco?

Y, viste como es el tema del marketing. A mi no me molesta igual, mientras no se metan en la música. Yo pienso el disco entero y me gustaría sacarlo así, pero también quiero vivir de esto así que puedo resignar los tiempos a veces. Hay que darle de comer al algoritmo y yo lo entiendo. Esta semana me voy a meter a grabar el próximo single, que va a salir a finales de junio, principios de julio, por ahí, que es medio una milonga, pero un poco así con un sinte también. La letra habla un poco del amor sin compromiso, de cómo no nos comprometemos porque estamos todos esclavizados en internet y laburando y auto explotandonos entonces llegamos con todo hasta ahí. Pero es una crítica un poco con un humor viste, como no me da para ser Manzi ni Discépolo trato de agarrar esos temas.

El Polaco decía a veces que él cantaba así porque no estaba a la altura de Gardel para cantar clásico. ¿Sentís algo de eso, como un cierto pudor desde el respeto?

No, no diría que pudor. Es conciencia de realidad directamente. Los admiro. Para mí en cuanto a letras es lo más alto que llegó en el planeta Tierra. Discépolo, Manzi, Spinetta, el Indio Solari, Charly también. Son contadas las excepciones, los Beatles y David Bowie también. A mi me encantan los Rolling Stones pero no le llegan ni cerca. Rock yankee casi ni escucho. Pero los de acá, Spinetta, Discépolo, no le llegan ni cerca. Pero un frío cruel que es peor que el odio, punto muerto de las almas, tumba horrenda de mi amor. Los jazzeros cantan cualquier poronga, la música es espectacular pero las letras… El español también es un idioma riquísimo, más que el inglés. No puede ser que con todas las palabras que tenemos están todos garchando en el auto, yendo al shopping, que te la meti dura y no se que no se cuanto. Un poco de bronca me da. Después obvio, me gusta mucho Dillom por ejemplo, me encanto su último disco, me parece un capo. También hay algo de que sacó su disco entero, sin cortes, porque ya tiene gente que espera ese disco. Wos también, por ejemplo, me gusta. Lo banco mucho a él, le daba clases de boxeo. Me parece que de toda esa camada del Quinto Escalón y demás son los que más tienen algo para decir. Catriel y Paco también me gustan mucho, sus discos solistas. 

Dillom me gusta porque es muy zarpado pero sin ser un facho, porque sino sos Marra. La producción es buenísima, tiene el tema con Calamaro que me encanta, el de Lali, y después bueno, tiene un tema que mata a una mina. Y está bueno eso porque hay que entender que hay temas que se inspiran en la vida real y otros que estás contando un cuento. El tango tiene mucho de eso. Son discusiones que hasta tengo con mi novia, que me agarra y me dice “¿y esto a quien se lo escribiste?”, y muchas veces es más imaginación, narrativa, y te agarras de algo de aca que tenes una realidad muy inspiradora. Yo nunca fui al turf ponele, mi generación ya no juega a los burros, por más que sea re porteño. Pero Por Una Cabeza puede hablar de otra cosa, de que tomaste de más, te garchaste a la que no te tenias que garchar, te jugaste con algo que no iba, pero si algún pingo llega a ser fija el domingo, yo me juego entero, qué le voy a hacer. Es simbólico. 

Hay un hilo conductor también de saber que es todo una cagada pero que vos estas jugado.

Es que por eso te digo que el tango es la representación del ser nacional, es la sensación de vivir acá. Ni siquiera si sos de las mil familias o tienes mil hectáreas en La Pampa zafas, porque de repente viniste a Buenos Aires y te rompieron el BMW y te robaron el iPhone. Vivir acá es una aventura, y eso es lo inspirador también. No sé, ¿alguno conoce una letra de Holanda? Ganan cinco mil dólares por mes eh, pero yo no cambio por nada vivir acá. Pero después de eso, con las migraciones y demás, nosotros también lo exportamos. En Japón es impresionante como lo cantan, en Kimono y por fonética. Y hay tangos en finlandes, en Alemania hay 50 o 60 milongas, osea que algo un poco universal hay también. Yo con todo esto del reggaeton y lo rítmico que te digo, de todas maneras me encanta que los mejores sean nuestros, ya sea Duki, Maria Becerra, Tini, Emilia o el que sea. Exportar cultura es muy importante para un país. El tema es que esta es un poco una época vacía también, pero el tango con su tradición… yo creo que esa es la respuesta. A los que pueda convencer, los convenceré. Ojala se arme más movimiento, y más pibes y pibas se animen a agarrar elementos por lo menos, como se hizo en los ‘80 con Fito, Charly, Spinetta. Hay mucha cultura que viene de ahí viste, por algo se llaman los Premios Gardel.

Te quería preguntar por eso, ¿qué te pasa con los Gardel?

Me alegró mucho entrar como nuevo artista, obvio, iremos ahí a pasear con los pibes. Pero siento que hay también un cierto conservadurismo, como hablamos. Los nominados a tango son todos unos animales, que tienen que estar todos nominados, pero me gustaría que hubiera algún sub 50 nominado. No lo digo por mi, obviamente, pero pasa a veces que no se abre mucho la puerta. Cucuzza, por ejemplo, te la abre mucho, los de La Chiclana y el Chino Laborde también, pero a veces el ambiente es muy cerrado.

Contame un poco de tu relación con el peronismo.

Mira, así como en la música hay músicos honestos y deshonestos, en la política hay partidos populares y partidos oligárquicos, aristocráticos. Pero es complicado, por ejemplo yo creo que Milei es popular, por más que nos pese. Un chabon de clase media, de Devoto, aunque re mambeado obvio, y para mal, claro. El radicalismo era un partido popular, la familia de mi abuelo era yrigoyenista. Fue el primer presidente que llevaron a la plaza, el primero después de la Ley Saenz Peña. El primer jingle político, o bueno no se si el primero, pero Gardel le hizo un jingle a Yrigoyen. Pero bueno, mi educación política siempre tuvo mucho del boca en boca, que me parece que es super importante, y que hay algo de la noción de nuestra historia que no se tiene muy en cuenta. Al venir los inmigrantes, por el 1880, con Mitre que instalaba la doctrina del libre comercio, de mirar al Atlántico, de la línea de Rivadavia, se perdió la tradición oral. No había un abuelo que te cuente que acá estuvo Rosas, Dorrego, Mariano Moreno, Belgrano, San Martín, que eran tipos que pensaban una América grande.

A mis 12 años asume Nestor. En mi militancia del secundario yo estaba más tirado a la izquierda, pero siempre tuve un cariño por el kirchnerismo. Para mí la identidad política del ser nacional es el peronismo. Volviendo a lo de Estados Unidos y sus comunidades, el peronismo justamente es el que logra que esas comunidades se junten. Pero ojo, también Roca, 60 años antes, porque con la educación pública los tanos se cruzaban con los españoles, con los judios, con los polacos, y así surge todo esto. Mi vieja es una rusa de Villa Crespo y mi viejo es un tano de por ahí, y capaz que tengo familiares que estuvieron en Auschwitz y otros que habían estado con Mussolini, no lo sé. Pero acá hubo paz. 

Después arranco a militar orgánicamente, me meto en la facultad y demás, pero estuve muy poco ahí la verdad. Entonces mi formación de contenido más académico, si queres decirle así, se da en la militancia. Fue en debates de discusión, leyendo a Jauretche, a Galasso, y debatiéndolos y pensando al país desde acá, con las costumbres de acá. Y obvio que está muy relacionado al tango, porque a mi no me agarra el berretín del tango solamente por lo musical, me agarra también por lo histórico, por reivindicar lo nacional. Eso fue muy fuerte para mi. Y en 2015, con Macri, nosotros lo que nos propusimos fue poner un centro cultural para atraer a la gente y conformar otra dinámica que el PJ porteño, esa era la idea. Y terminó siendo un lugar de referencia, a tal punto de que en el 19, cuando ganamos las PASO y las generales los pibes del bunker se vinieron a Simona, cortamos Álvarez Thomas, 2000 personas. Teníamos miércoles de milonga, jueves de jazz, viernes de bandita y a la noche y el sábado había joda. Pero también teníamos reuniones y armábamos comandos de campaña, paralelos, por fuera de la orgánica de entonces. Lo que era la Patrulla Perdida, haciamos intervenciones en los subtes, intervenciones artísticas y cosas así, por fuera de la campaña, sin un mango, así, todo a pulmón. Así que fue una cosa muy noble, y además militabamos en el barrio, en Chacarita, en la Villa Fraga. Cuándo fue la pandemia, con un par armamos un comedor, armamos festivales, juntabamos ropa, morfi. Traíamos artistas que tocaban ahí en la entrada de la llavi y juntábamos cosas, pelotas, juguetes, demás. Es una de las cosas que más estoy orgulloso en mi vida. Yo creo que la solución para que se rompa este ciclo en el que venimos es que la comunidad se organice, lograr que la gente se acerque a la política. Ahora está jodido, no se como se va a resolver, pero seguro lo va a hacer el peronismo. 

Francisco Calatayud

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