BREVE HISTORIA DEL CINE SLASHER
07/10/2021

A grandes –o grotescos- rasgos podemos establecer que el slasher es un subgénero de terror cinematográfico que tiene influencias que van desde Psicosis (Psycho, 1960) de Alfred Hitchcock hasta películas provenientes del giallo italiano como Rojo Profundo (Profondo Rosso, 1975) y Bahía de Sangre (Ecología del delito, 1971) de Darío Argento y Mario Bava, respectivamente.
Nació en un contexto en el que los reflectores de las grandes capitales de la industria estaban enfocados en el desarrollo del Nuevo Hollywood y la deconstrucción de las convenciones del cine americano clásico. Casi al mismo tiempo que, hacia el centro de los Estados Unidos, comenzaban a asomarse producciones de presupuestos mucho más modestos que solventaban su falta de recursos con la inventiva propia de la gente que realmente tiene ganas de hacer películas.
Así fue que de a poco comenzaron a estrenarse títulos como La Noche de los Muertos Vivos (Night of the Living Dead, 1968) de George A. Romero, El Loco de la Motosierra (The Texas Chainsaw Massacre, 1974) de Tobe Hooper y Diabólico (Evil Dead, 1981) de Sam Raimi, sólo por citar algunos ejemplos destacados. El poco costo de realización y las redituables ganancias de este tipo de propuestas hicieron que los productores del ambiente tomaran nota y comenzaran a explotar la fórmula lo más rápido posible.
Sin embargo, fue el estreno de Noche de Brujas (Halloween, 1978) de John Carpenter el que terminó de establecer el formato del terror slasher clásico de fines de los setenta: un asesino anónimo de características sobrenaturales y ávido de venganza contra los y las jóvenes de la época que intentaban pasar un buen rato en algún sitio alejado del conservadurismo de los adultos.
Los ochenta representaron la edad dorada del subgénero gracias a la expansión de sagas de innumerables secuelas y el arribo de grandes íconos como Jason Voorhees en Martes 13 (Friday the 13th, 1980) de Sean S. Cunningham, Freddy Krueger en Pesadilla en lo Profundo de la Noche (A Nightmare on Elm Street, 1984) de Wes Craven y el sádico Chucky, el Muñeco Maldito (Child’s Play, 1988) de Tom Holland –otro Tom Holland, el que están pensando ni siquiera había nacido todavía-.
A pesar de continuar siendo rendidor en taquilla, durante gran parte de la década siguiente el slasher atravesó un agotamiento que recién lograría renovar con el estreno de Scream, Vigila Quién Llama (Scream, 1996). ¿Cómo? A través de la autoconsciencia y el tributo a las convenciones del subgénero, el director Wes Craven dio con el tono justo para iniciar a una saga que –entre secuelas, series de televisión y un próximo reboot- continúa extendiéndose al día de hoy.
El éxito de la película protagonizada por Neve Campbell, Courtney Cox y la recordada participación de Drew Barrymore como una de las primeras víctimas del asesino conocido como Ghostface, dio inicio a toda una nueva camada de propuestas del mismo estilo como Sé lo que Hicieron el Verano Pasado (I Know What You Did Last Summer, 1997) o Leyenda Urbana (Urban Legend, 1998) que, al mismo tiempo, también echaron raíces con varias continuaciones.
Con el cambio de milenio, el cine de terror viró hacia rincones más abocados a la porno tortura y las muertes elaboradas, siendo El Juego del Miedo (Saw, 2004) de James Wan, la trilogía de Hostel (Hostal, 2005) de Eli Roth y Destino Final (Final Destination, 2000) de James Wong sus principales exponentes. A pesar de que los elementos propios del slasher estaban latentes en estas películas, su composición se había desdibujado entre tanta tripa y corazón.
Ahí fue cuando los clásicos comenzaron a volver en forma de remakes, reboots y precuelas: La Masacre de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 2003) y Viernes 13 (Friday the 13th, 2009), ambas dirigidas por Marcus Nispel y producidas por Michael Bay, Halloween: El Inicio (Halloween, 2007) de Rob Zombie, y Pesadilla en la Calle Elm (A Nightmare on Elm Street, 2010), en la que el buen actor Jackie Earle Haley no le pudo hacer ni sombra a Robert Englund como el legendario Freddy Krueger. A pesar de que todas tuvieron desempeños aceptables, ninguna logró instalarse en la cultura popular como sus antecesoras.
En 1992, la docente norteamericana Carol J. Clover publicó Men, Women, and Chainsaws: Gender in the Modern Horror Film (Hombres, Mujeres y Motosierras: Género en las Películas de Horror Moderno), un análisis con perspectiva de género sobre el cine de terror slasher. Ahí explica cómo estas historias generan una empatía del espectador hacia la víctima e instala el concepto de final girl: el personaje femenino que sobrevive a la violencia y misoginia del villano enmascarado.
Estos personajes son tan característicos de este tipo de películas como los asesinos de cada saga y sus grandes y más destacados referentes son: Laurie Strode, interpretada por Jamie Lee Curtis –hija de la actriz de Psicosis, Janet Leigh- en Noche de Brujas (Halloween, 1978), Nancy Thompson, encarnada por Heather Langenkamp en Pesadilla en lo Profundo de la Noche (A Nightmare on Elm Street, 1984), y la Sidney Prescott de Neve Campbell en la saga iniciada con Scream, Vigila Quién llama (Scream, 1996).
Sin embargo, fue recién con Te Sigue (It Follows, 2014) de David Robert Mitchell que los paradigmas en torno a la figura de la final girl comenzaron a mutar, despojándola de su perfil de inmaculada inocencia y acercándola a un terreno más adulto y contemporáneo. En el film, la protagonista es una adolescente perseguida por un ente sobrenatural después de tener sexo casual con alguien que estaba maldito. Para librarse de esta presencia maligna, deberá pasársela a otra persona de la misma manera.
Sin lugar a dudas, Te Sigue (It Follows, 2014) fue uno de los últimos grandes aportes que se hicieron dentro de las convenciones propias del subgénero.
Hoy en día la tendencia del slasher pasa por tomar los clásicos como punto de partida y establecer nuevas continuidades a partir de ahí. Por eso es que Halloween (2018) de David Gordon Green toma la historia creada 40 años atrás y la trae a la actualidad junto a los personajes y actores originales. Y no le fue nada mal. Con un presupuesto de 10 millones de dólares, logró recaudar casi 256 y se aseguró dos secuelas: Halloween Kills y Halloween Ends, a estrenarse en octubre de 2021 y octubre de 2022, respectivamente.
Bajo esa misma premisa, este año también hizo su gran retorno Candyman (2021) y hará lo propio próximamente La Masacre de Texas con producción del cineasta uruguayo Fede Álvarez por la plataforma de Netflix. Por su parte, las series también serán escenario para el regreso de viejas caras conocidas con el reboot de Sé lo que Hicieron el Verano Pasado (I Know What You Did Last Summer, 2021) en Amazon Prime Video y Chucky (2021) en Star+.
Nunca se sabe qué nuevo formato (o máscara) adoptará el terror slasher de acá al futuro. Lo único seguro es que siempre que haya una pantalla para jugar al miedo en un ambiente seguro habrá una historia sangrienta para contar.

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