Música

brat/remix summer

BRAT, de Charli xcx, salió en junio de 2024, en pleno verano del hemisferio norte. Ahora que esa estación llegó a nuestras tierras, tenemos nuestro propio brat summer. Don Inés Yasuda lo celebra con un ensayo sobre los remixes del disco pop más icónico de los últimos años: una indagación sobre la hauntología de la fiesta.

Por Don Inés Yasuda
18 de enero de 2024

El siguiente escrito es un despliegue de mis reflexiones en torno a BRAT (2024) de la artista pop británica Charli xcx. Más específicamente, al vínculo que se establece entre el álbum BRAT con su versión rémix, brat and it’s completely different but also still brat

BRAT salió en junio de 2024 y fue un albumazo inmediato. En su manifiesto, la artista habla de BRAT como un proyecto global que debe “CULTIVAR EL DESEO, CAOS Y DESTRUCCIÓN”. A nivel musical, es la reafirmación de que nos enfrentamos a un apocalipsis hyperpop y, lejos de encontrarnos con ruinas, lo que explota ante nuestros ojos es más complicado. En discusiones con un amigo, reiteramos varias veces en el año cómo BRAT se siente -como nunca sentimos en nuestras vidas atravesadas por una industria cultural del capitalismo tardío- un verdadero evento cultural-musical. 

En BRAT, Charli  asienta su posicionamiento como diva pop, reina de la fiesta en la totalidad del espacio (360) y el tiempo (365). Ella es la personificación profunda de la joda en todos sus estadíos, desde sus momentos álgidos de euforia y celebración hasta la exposición explícita de su crisis interna. Esta aparece tanto a nivel existencial con ella misma -como en “i might say something stupid” o “i think about it all the time”- como con otras personas con las que se siente conflictuada desde su envidia, resentimiento, confusión o culpa -como “Sympathy is a knife”, “Girl, so confusing”, “Apple” y “So I”-

Conceptualmente, Mattie Colquhoun la ha definido como una extensión de aquello que Mark Fisher denominó «hauntología de la fiesta» [Party hauntology], una “fascinante crítica al capitalismo, aunque sin dientes” en la que se exponen las miserias del hedonismo del estado permanente de joda que trae la fama; la imposibilidad de que el sueño del superestrellato evite quitar el sentimiento de que algo falta dentro de un sentir de la miseria colectiva. Fisher argumenta que esta «hauntología de la fiesta», temática y estética en ciertos artistas del siglo XXI, refleja una nostalgia melancólica, el anhelo de una cosa que la fama hizo que estas estrellas perdieran. Esta cosa sería la disolución de la identidad -y las miserias de tener que exponerse como cara, cuerpo, vida y producto- dentro del colectivo, una desidentificación que se habilitaba, por ejemplo, en la pista de baile de música rave en los noventas. El objetivo de la música electrónica en esa época era el escapismo de las miserias en la disolución colectiva de la música y los cuerpos. En la «hauntología de la fiesta» vemos las consecuencias de una neurosis del artista “pop” afectado por la exaltación de su persona como parte de su producción artística, la identidad se refuerza en el rostro que construye, en la identificación de fanáticos con su “mensaje” y, en consecuencia, la única forma de identidad está no ya en lo colectivo, sino en el individualismo. Este fenómeno se ve reforzado por las características de una industria cultural y musical en un contexto globalizado en donde internet y las redes sociales habilitan que el rostro, el individuo, la marca, estén en todos lados y todo el tiempo. Es en ese sentido que Charli no es solo una diva, sino una diva pop del siglo XXI, signada por la sintomatología de lo que ello implica. Con el avance de la globalización como punto central en el mercado y la industria cultural, la relación entre artista y el “pop” -y todas las implicancias que podemos sacar de lo que entendemos como “popular” a nivel social, cultural, político y comercial- se muestran en un huracán de sonidos y referencias que hacen de BRAT el centro de un momento cultural concreto. 

En esa línea, brat remix -que salió cuatro meses después, en octubre, con el final del verano yanki-, se asienta como contracara cíclica de BRAT, con reversiones de todas las canciones del álbum original y dos de las canciones extra, incluyendo intervenciones de múltiples artistas en cada uno de los temas. En el hemisferio norte, marca el final del brat summer, iniciando su momento de de(sen)cantamiento. Así, brat remix se posiciona como un eclipse de BRAT, donde se establece un diálogo no solo entre Charli con otrxs artistas, sino, también entre los dos álbumes, transformando nuestra comprensión de BRAT como un fenómeno cultural concreto.

 

365 PARTY GIRL [bumpin’ that]

Podemos distinguir diferentes decisiones artísticas que toma Charli en su álbum remix, permitiéndonos agrupar las canciones tanto desde lo estilístico como desde lo temático. El eje sobre el cual orbitan ambos temas son, esencialmente, la figura de Charli como «365 PARTY GIRL», verso que se repita tras una serie de enumeraciones en la canción final de BRAT y que se reitera en un beat mucho más agresivo en los remixes “club classics featuring bb trickz” y “365 featuring shygirl”. Ambas canciones terminan con una reiteración del número “365”, aludiendo a las partes más agitadas y violentas de la música electrónica.

Si continuamos la lectura de Mattie Colquhoun sobre BRAT como extensión de una «hauntología de la fiesta» y lo llevamos a brat remix, la temática de la 365 PARTY GIRL expuesta musicalmente en ambas canciones invoca sonoramente la satisfacción del deseo de disolución de la identidad en el colectivo capturado por la música electrónica rave de los noventas. Lo que subyace a la joda es que permite un escapismo de la miseria del individualismo psicológico, a partir de la disolución de la identidad en el trance del underground, de donde provienen los orígenes de la carrera de Charli. La despersonalización o desintegración del individuo se reitera como un mantra, una oda a la joda. Y en el caso de BRAT, establece una yuxtaposición de subjetividades colectivas e individuales, entre ella como la PARTY GIRL con las miserias del siglo XXI y las alusiones musicales a la disolución colectiva del rave en su repetición agresiva y alienante. La distinción en dónde comienza ella y donde está la pista de baile con la masa fiestera -¿hasta qué punto ella es ella por esa masa?- es poco clara. A ello hay que sumarle que, para Charli, la exaltación de la diva también se extiende, necesariamente, a su clique. (Esta es una característica ya establecida en la carrera musical de Charli, con álbumes fuertemente colaborativos con artistas de diferentes espacios, como POP 2 (2017) y Charli (2019), siendo sus ejemplos, al igual que su contraparte de aislamiento pandémico, how im feeling now (2020) en donde expresa cuánto extraña la ausencia de sus amistades: i’m next level, so legit, with all my clique […] i miss them every night, i miss them by my side.)

En ese sentido, «365 PARTY GIRL» es un concepto central en BRAT como fenómeno cultural, del cual derivan las múltiples facetas que Charli busca expresar tanto de la joda como de ella misma como la subjetividad de la diva pop del siglo XXI: disuelta en la joda pero en el centro, extendida por sus amistades pero en competencia constante, gozando del estrellato pero encerrada en el baño contemplando el bajón. Ella, la 365 PARTY GIRL, vive todos los estadíos personales y colectivos de la joda, la idolatra y en ese proceso se idoliza a ella misma y su vida. Los momentos de melancolía y nostalgia combinados con la abrasividad repetitiva de la música electrónica resaltan la disolución totalizante de la fiesta que hace de su forma de diva una desintegración y reintegración constante que la hace omnipresente –i’m everywhere, i’m so julia-ah-ah-ah-aah-.

 

necesito mis huellas en todo [i need my fingerprints on everything]

Hay una temática que aparece explícitamente en brat remix que en BRAT solo es implícita, que es la cuestión del trabajo. Y, claro, acabamos de decir que BRAT tiene, como concepto central, el de la joda los 365 días del año. Sin embargo, vemos que en canciones como “everything is romantic featuring caroline polachek”, “b2b featuring tinashe” y “i think about it all the time featuring bon iver” se repite la palabra “work” de forma tal que te hace dar cuenta que es una palabra que en el álbum original no apareció.

brat remix nos presenta lo que lxs seguidorxs de Charli xcx ya sabemos, que es la forma en la cual Charli se desvive trabajando en su carrera. Desde la cantidad de música que produce en un tiempo abismalmente corto de tiempo -estamos hablando de dos álbumes que saco este mismo año, sin mencionar el ritmo que maneja desde la adolescencia- hasta la memoria de haberla roto en el Primavera Sound Argentina en 2022 con fiebre, es una artista cuya estética de diva no excluye ni oculta su adicción al trabajo. Y si bien, como dije, esto está siempre implícito en la imagen que Charli construye de sí misma, en brat remix aparece explícitamente.

Tal vez la más contundente sea “everything is romantic featuring caroline polachek”. En la misma, Caroline abre con una repetición progresiva de la frase “fall in love again and again” -verso cuya repetición constituía el cierre de everything is romantic, estableciendo así el paralelismo con la original- y, tras una serie de enumeraciones de su entorno, habla sobre cómo recibe una llamada de Charli desde Tokio -lo que ya anticipa el carácter nómade pero lujoso de la artista-. A partir de allí, ambas artistas entablan una conversación en la cual Charli le expresa que necesita distraerse [shut off my brain] porque “está pensando en el trabajo todo el tiempo” [i’m thinking ‘bout work all the time], a lo que Caroline le responde “es como que estás viviendo el sueño, pero no viviendo tu vida” [it’s like you’re living the dream, but you’re not living your life]. La separación entre sueño y vida que enuncia Caroline Polachek transparenta el estado de crisis que constituye la neurosis de la BRAT. Una fragmentación en la subjetividad de ella, de su propia vida, producto de la disolución material entre joda y trabajo.

El problema no es, como sí lo es en BRAT, la fama en sí. El extrañar un estadío previo donde no existía el autocontrol vigilante sobre el cuerpo, el malestar de las competencias (sobre todo entre mujeres) en la industria cultural, el síndrome del impostor, son todas cosas que ya aparecían en el álbum original con respecto a la fama. (Los temas centrales, en estos casos, son “sympathy is a knife”, “rewind” y “girl, so confusing”, al igual que sus respectivos remixes con Ariana Grande, Bladee y Lorde. En el caso de sympathy is a knife remix, se resalta ya no solo la competencia con otras artistas mujeres, sino la imposibilidad de confiar en nadie debido a la fama. Es la disolución absoluta de los lazos en donde el triunfo en la carrera lleva al deseo ajeno de tu fracaso. En rewind remix, Charli alude al estadío mental de los efectos de la fama y competencia, sintiéndose deprimida cuando no ve su cara en la prensa, hace que no se reconozca y “a veces, solo quiere levantarse muerta”.)

Pero acá aparece algo más que Caroline vincula con la fama y vida de la diva pop, de la 365 PARTY GIRL: la imposibilidad de parar. Esto se reitera en “i think about it all the time featuring bon iver”. Si en la original nos encontramos con el dilema de la artista sobre su carrera y la maternidad, el énfasis del rémix está en el miedo de perder el tiempo. Esto aparece no sólo a partir del uso de la repetición (al comienzo repitiendo “Time, Time T-Time, Time” y después diciendo “Scared to run out of time” y “I’m so scared”). Pero, además, esta cuestión del temor al perder el tiempo fundamenta la neurosis que imposibilita la posibilidad de poder dejar de trabajar. Como everything is romantic remix, trae a colación esta disolución completa entre trabajo y vida personal a partir de la relación romántica. En i think about it all the time remix, como contracara de su original, ya no se teme perder el tiempo “biológico” de poder tener un hijo, sino que revuelve sobre la angustia obsesiva de perder el tiempo que podría dedicarse al trabajo: “hay tanta culpa involucrada cuando dejamos de trabajar / porque no se supone que deberías parar cuando las cosas empiezan a funcionar”. Tanto Charli como su prometido, otro artista musical, ven su relación personal completamente atravesada por la incapacidad de separarse del trabajo.

Estos temas impactan dentro de brat remix porque revelan una faceta inseparable dentro de la totalidad de la «365 PARTY GIRL» que es la brat. Aquella diva omnipresente, cuya gracia es estar “en todas”, la posiciona en un lugar de absoluto control y autovigilancia en donde la exaltación de su individualismo es crucial. Su obsesión deriva en adicción al momento en que termina haciendo que su impulso por “tener sus huellas en todos lados” [i need my fingerprints on everything] sea una condición necesaria para producir o crear. Pero esto se debe a que esa creación, es, al final del día, un trabajo que se enajena en la industria musical y, en ese proceso, el estar en todos lados de ese proceso la hace indistinguible e inseparable de esa misma alienación. Solo puede seguir.

Si en BRAT la temática se centra en torno a las facetas personalidad fiestera y de diva pop Charli XCX, su álbum remix nos revela que este estado de «365 PARTY GIRL» es, muy explícitamente, un estado de trabajo permanente.

that life [yeah, we work hard, yeah]

Sería un grave error pensar que, a fin de cuentas, BRAT es solamente sobre las miserias del trabajo incluso para la artista. Una compulsión sin escapatoria automática o, peor aún, voluntaria. No solo porque el álbum hace un fuerte hincapié temático y estilístico de otras facetas más celebratorias sino porque, además, centrarse en la melancolía y la miseria es ignorar que son elementos inseparables de un fenómeno cultural más complejo que atraviesa la subjetividad del capitalismo tardío, en donde el deseo juega un rol central. Para tener una visión más global del trabajo en BRAT, es preciso ver los juegos y diálogos que aparecen y complejizan la forma en la que aparece ese trabajo.

Una canción que describe en qué consiste este trabajo que Charli hace todo el tiempo es “b2b featuring tinashe”, tema que cambia radicalmente del original. Si este era sobre las vueltas y volteretas de una relación -o su rechazo a las mismas por parte de un ex que la dejó por otra- el remix es sobre las vueltas y volteretas en su carrera como diva pop. Con un beat super activo y optimista -francamente ligero y divertido- la artista dice en la primera estrofa cómo “[viajó] a quince países en cuatro días” y que “cuando sale del escenario, [se queda] en el set sacando fotos hasta las horas a.m” lo que vuelve a referenciar el carácter workahólico de Charli pero desde un tono (musical) más alegre. Lo que le sigue es la afirmación de que “está cansada pero lo ama y no se está quejando”. A mi me gusta leer un doble significado que le sigue -el cual es preciso leerlo en el inglés original- en el cual podemos entrever esta relación más completa del trabajo de la BRAT: “oh shit, i kinda made it”. Por un lado, podemos leer esto como un “lo logré”, una ruptura del verso anterior y un jactarse de su status. Acaba de enumerar cómo el laburo constante da como frutos de su triunfo como diva, de marcar su presencia. Por otro lado, como verso que le sigue a que “no se está quejando” tras haber dicho que “estaba cansada” también puede leerse como una continuación de su pensamiento anterior, un desliz de conciencia de que “uh, ups. de hecho me acabo de quejar”. Un freno momentáneo en una cadena de triunfos en donde igual no solo no puede parar -como visto anteriormente- pero ante un tono positivo no quiere tampoco. Junto con Tinashe, celebran el status que fueron construyendo “desde abajo”, en una narrativa de opulencia merecida por el trabajo constante que han puesto a llegar a donde están. En otras palabras, el trabajo en BRAT también tiene incorporada esa vida.

von dutch ag cook remix featuring addison rae” es el primer tema de brat remix que salió al público. El remix no cambia mucho temáticamente: es sobre la obsesión hacia Charli (y Addison) que tienen sus haters, lo que resalta su carácter de estrellas que están viviendo esa vida mientras el resto se entierra en su envidia. Clásico tema que asienta su status de diva pop. Si en BRAT el énfasis está en la obsesión de sus haters, los celos hacia su fama y relevancia como artista POP (pop), la balanza de von dutch remix se da en torno a “that life” [esa vida], lo que se repite varias veces por ambas artistas, en lugar de ser solo el verso de apertura del estribillo, como en la canción original. Sigue habiendo un goce contra lxs envidiosxs, pero el centro ya no son estxs sino el objeto de su envidia: “esa vida”. 

Esa vida es la objetivización de la vida de la estrella apta para el consumo masivo. Un consumo que se da a través de redes, noticias y el mismo producto cultural -que, en este caso, es la música-. Pero la música puede ser lo de menos. Esa vida es la ropa, la gente, el evento, “estar en todas”. Es ser objeto de culto, es “pasarla bien”, la ausencia de miserias mundanas. Es una ilusión, el fino arte de comprender la mentalidad colectiva y sus deseos para finalmente poder manufacturar visualmente un producto que satisfaga el deseo de interacción -like, compartir, comentar y seguir-. Esa vida la tiene esa chica que está “por encima”.

Cuando salió von dutch remix, honestamente, no le presté mucha atención. ¡No estando “von dutch” ahí! Sin embargo, dentro de la lógica del álbum remix empecé a disfrutar el rol narrativo -en serio- que ocupa y la sutileza utilizada para transformar el significado de BRAT. Lo que cambia es el énfasis en cada canción y, como consecuencia, afecta la relación con la canción que le sigue.

everything is romantic. [¿right?]

Quiero finalizar esta nota volviendo -b2b- a la canción que me abrió la pregunta sobre el trabajo en BRAT, que es everything is romantic remix. Anticipo, sin embargo, una serie de “preguntas o reflexiones finales” a nivel general porque prefiero cerrar anti-climáticamente con un análisis centrado en la canción más que el álbum o el fenómeno de forma global. Al final de su nota, Mattie Colquhoun dice “la brat se porta mal porque no puede tener lo que quiere, ¿quien no se siente como una brat en estos momentos?”, vinculándolo al contexto más general de la crisis cultural en el capitalismo tardío y, más específicamente, a la relación entre el actual contexto político de avances neoliberales y gobiernos de derecha con el evento cultural que brat encapsuló -el artículo de Mattie fue anterior a que Charli tuiteara muy cringemente sobre la campaña electoral yanki-. En latinoamérica, termina el año BRAT pero comienza nuestro propio brat summer. Con el bagaje del álbum remix y entendiendo las pretenciones globales -digitales- del álbum, nuestro brat summer con extra sudor sudaca nos trae no solamente la pregunta sobre qué deseamos, qué hacemos al no obtenerlo, sino si en su mismo proceso las cosas pueden, siquiera, ser románticas.

Ahora sí, rebobinemos -rewind- a everything is romantic remix. En el diálogo entre Charli y Caroline, cuando Charli le confiesa que está en una crisis donde necesita tener sus huellas en todos lados y, por ende, no puede dejar de trabajar, podemos presenciar una progresiva espiral de angustia con una enumeración de preguntas y ansiedades -”¿estoy en una recaída? ¿estoy yendo atrás en el tiempo? ¿perdí mi perspectiva?”-. Clásicas preguntas de una persona en crisis que precisa de una persona externa para que la ancle en una realidad que ya no es capaz de interpretar y situarse por su cuenta. La expresión de su estado mental en crisis culmina con el verso final, en donde solo queda su voz: todo sigue siendo romántico ¿no?

En la canción original, la respuesta es sí. La enumeración de cosas mundanas y lujosas, la enumeración de imágenes corrientes y repetitivas, manifiestan que la totalidad de la realidad es, de hecho, romántica. Pero el remix pone en crisis esa tesis con la explicitación de la duda en donde antes había seguridad. Todo da a entender, en ese momento, que no. Claramente no.

Y sin embargo, al final de la canción, se repite una estructura paralela al verso inicial de Caroline. Se pone los auriculares, todo cambia, Charli la llama desde un set de fotos: “vivir esa vida es romántico, ¿no?”. Las notas finales se sienten nuevamente románticas. La crisis pasó, pero ¿realmente pasó? Es preciso notar, en relación a la canción anterior en el álbum, von dutch remix, que lo que la hace volver a su estadío de romance es la mención de esa vida, que tanto fue celebrada minutos antes de la crisis y vuelta al orden. En lo personal, me da una sensación esperanzadora pero, a la vez, siniestra, en donde aquella vida se siente no como una superación sino como una sedación. Pero lo que no logro saber -ni podré saber- es qué es lo que entonces busca expresar Charli en la pregunta más importante para nuestro propio brat summer latinoamericano, ¿puede todo seguir siendo romántico?