“ES MUCHO MÁS DIFÍCIL ENCONTRAR EL PÚBLICO DE UNA PELÍCULA QUE HACER UNA PELÍCULA”
A pocos días de la llegada de Historia de lo Oculto a Netflix, el director Cristian Ponce cuenta sobre el recorrido de su ópera prima en festivales como Sitges y Mar del Plata, el rol que tuvo el boca en boca y de qué manera la promoción virtual le jugó a favor.
Por Cristian Calavia 20/10/2021

La década del ochenta está llegando a su fin. Ante la presión del canal y la ida de casi todos sus auspiciantes, un programa de televisión periodístico está llevando a cabo su última emisión. Entre los primeros bloques, uno de los invitados en piso acusa al gobierno de turno de haber llegado al poder utilizando fuerzas paranormales vinculadas a una misteriosa organización. A partir de ese momento, extraños episodios comenzarán a ocurrir delante y detrás de cámara.
De eso trata a grandes rasgos Historia de lo Oculto, el film argentino de terror y ciencia ficción que causó una gran impresión en festivales nacionales e internacionales durante el 2020 y que desde hace algunos días ya está disponible para ver en la plataforma de Netflix. “Es una película con una idiosincrasia muy marcada y no sabíamos cómo le iba a ir, pero las buenas críticas en medios de afuera y en las redes sociales nos dieron la pauta de que teníamos algo realmente bueno”, cuenta su director, Cristian Ponce.
¿Se esperaban la repercusión internacional que tuvo la película?
La pensamos para llevarla a festivales y por eso hubo un montón de decisiones narrativas y visuales que tomamos específicamente en función de eso. Sabíamos que tenía potencial para ese recorrido y que, si le iba bien, nos iba a dar la repercusión que estábamos buscando. Cada película que hace un realizador es un poco pensando en la siguiente, es como una carta de presentación que se va actualizando. Uno de los primeros a los que fuimos fue a Sitges, que era una obsesión mía desde los 15 años. Si bien no ganamos nada, se empezó a generar un boca a boca que explotó semanas después en otro festival español llamado Terror Molins. A partir de ahí nos fue mejor en todo el mundo y empezaron a invitarnos a otros lados que no teníamos en el radar. El Imagine Film Festival en Holanda, por ejemplo. De repente, Historia de lo Oculto estaba compitiendo contra Possessor (2020), la película del hijo de David Cronenberg, ¡y le ganamos!
¿Y cómo la recibieron acá en Argentina?
Cuando anunciaron que los festivales iban a ser totalmente digitales el año pasado fue un bajón, pero a la larga sentimos que a la película eso le sirvió. El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata es increíble, pero necesitás tener el poder adquisitivo para viajar y quedarte en un hotel un par de noches, entre otras cosas. Además, también está la cuestión del cupo: si la película se hubiera estrenado en salas, como mucho la habrían visto 600 personas. Al haber estado en streaming y de manera gratuita, la vieron más de 4000 espectadores en todo el país. Sólo había que tener un acceso a Internet para poder disfrutarla. Eso sumó mucho y, cuando anunciamos que iba a estar en Netflix, ya había un montón de personas esperándola. El recorrido en general fue muy bueno y ganamos mucha difusión y premios. Realmente no nos podemos quejar.

¿Qué papel jugó La Frecuencia Kirlian (2017- 2021), serie animada que creaste y también está en Netflix, en la realización de Historia de lo Oculto?
La película se produjo gracias al ingreso económico que significó para la productora la llegada de la serie a Netflix. A pesar de ser una producción muy chica, requería cierta inversión y no podríamos haberla hecho de otra forma. Ahí fue cuando decidimos hacer una película y que yo la dirigiera. Más allá de eso, cada producción llegó por diferentes medios a la plataforma. Lo que sí pasó fue que el público se retroalimentó: para cuando Historia de lo Oculto se estrenó en festivales ya había un montón de gente enganchada con La Frecuencia Kirlian y, al mismo tiempo, hubo muchos que descubrieron la serie por la película.
¿Qué significa para una producción argentina como Historia de lo Oculto ser estrenada en un medio tan masivo y popular?
Es la posibilidad de acceder a un público más grande. Es mucho más difícil encontrar el público de una película que hacer una película. Hay un montón de películas geniales -no sólo de Argentina, sino en cualquier lado- que se producen con muchísimo esfuerzo y después no encuentran su público. En cambio, al contar con el apoyo de Netflix, permitió que llegara a gente que de otra manera no hubiera llegado. Hay una legitimación que genera el hecho de estar pagando una membresía que hace que la gente la vea con otra intención y ganas si está en una plataforma como Netflix antes que en YouTube. Tiene que ver con una idea de curaduría que no termino de entender del todo, pero que le otorga una especie de etiqueta de calidad que le justifica a quien no conoce la película a sentarse y mirarla.

¿Cuáles fueron tus influencias a la hora de encarar la escritura y la dirección del proyecto?
La narrativa de la película surgió de la combinación de dos influencias muy claras. Por un lado, Todos los Hombres del Presidente (All the President’s Men, 1976), el thriller sobre los periodistas que investigaron el escándalo de Watergate. Por el otro, El Bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, 1968), la historia de una chica que descubre que sus vecinos son brujos satánicos. En un país como Argentina, que sea tu primera película muchas veces significa que sea tu única película, por eso quise poner toda la carne al asador. A partir de ahí se sumaron un montón de cosas. Desde Los Expedientes Secretos X (The X-Files, 1993-2018) y David Lynch en general en cuestiones estéticas, hasta películas locales que van por el lado de la paranoia, como Hay unos Tipos Abajo (1985) de Rafel Flipelli o La Larga Noche de Francisco Sanctis (2016). El cine es un medio colectivo así que hubo muchas influencias del equipo de fotografía y de montaje que se añadieron durante el rodaje. De hecho, todo lo referido al programa de televisión se vincula a Ghostwatch (1992), un telefilm inglés con mucho de lo que quisimos recrear en la atmósfera de nuestra película.
Historia de lo Oculto tiene elementos de terror paranormal, suspenso, thriller político y ciencia ficción, ¿con qué género te sentís más identificado?
A mí me gustan mucho el terror y la ciencia ficción. Creo que son géneros cuyas herramientas sirven para poner más en evidencia determinadas cuestiones que otros. Se habla de los mismos temas en una película de terror que en un drama, pero siento que el terror tiene la cualidad de decirte las cosas sin decirlas directamente. Por ejemplo, cuando era chico, El Exorcista (The Exorcist, 1973), para mí era la historia sobre una chica poseída por el Diablo y me divertían sus elementos de horror. Ahora, que la vuelvo a ver de grande, me doy cuenta de que es el drama de una mina que tiene una hija que se está volviendo loca y no puede hacer nada para ayudarla. Lo que te permite el terror es poner todo en una situación súper extrema para que te pegue de manera distinta. Y no sólo eso: hay una cuestión estética del terror que me atrae mucho y que tiene que ver con las deformidades, la oscuridad y lo oculto. Cosas que ni siquiera puedo expresar en palabras, pero que son atávicas, subconscientes o inconscientes.
¿Qué podés adelantar de tus próximos proyectos?
En octubre se van a estrenar los dos últimos episodios de La Frecuencia Kirlian (2017-2021) exclusivamente en la plataforma de Flixxo. Además, estuve escribiendo un guión para una productora brasileña que se llama Lupa Films y que me gustaría mucho que se pudiera rodar el año que viene. El tema es que los realizadores en general, pero particularmente los argentinos, siempre tenemos varios proyectos al mismo tiempo porque nunca sabés cuál te va a salir. Por eso es que hay muchas cosas en el terreno del terror y la animación que no puedo adelantar, pero que estoy escribiendo actualmente.

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