Historia

Vidas Paralelas: Las dos normas

Norma Arrostito fue la única mujer en la conducción de Montoneros. Norma Kennedy, la única en la comisión que organizó el retorno de Perón. Ambas empezaron su militancia en el comunismo y viraron luego al peronismo. Ambas fueron detenidas y torturadas en la Dictadura. Una de ellas está desaparecida. Fede Mochi nos cuenta sus vidas paralelas, expandiendo la pizarra que presentó en el Triángulo de Hierro.

Por Federico Mochi
23 de junio de 2025

I. Familias

Norma Bremilda Kennedy nació en la provincia de Entre Ríos, en 1933. No se sabe mucho sobre sus primeros años de vida. La familia Kennedy, de origen irlandés, pertenecía a la Unión Cívica Radical. Su padre, Eduardo, y sus tíos Roberto y Mario eran yrigoyenistas. En 1932, habían protagonizado uno de los hechos más audaces de la resistencia contra el primer gobierno de facto de nuestro país: tomaron la localidad de La Paz, en el límite de Entre Ríos con la provincia de Santa Fe.

Esther Norma Arrostito nació el 17 de enero de 1940 en el barrio porteño de Villa del Parque. De joven trabajó en un jardín de infantes, y luego estudió en la Universidad de Buenos Aires. Comenzó la carrera de Medicina pero la abandonó a los pocos años; luego inició un profesorado en Ciencias Naturales, que tampoco completó. Su padre, plomero, tenía simpatías con el anarquismo. De su madre, sabemos que era cristiana. Sin embargo, las dos Normas se destacarían por una fuerte pasión por la política.

II. Militancia y cárcel

Durante los años 50, mientras Arrostito trabajaba en un jardín de infantes junto a su hermana, Kennedy (siete años mayor) comenzaba a militar. Pero, contra los deseos de su familia, no lo hizo en las filas del radicalismo sino en el comunismo. Militaba en la Facultad de Derecho, donde estudiaba, y en 1954 fue detenida junto a otros estudiantes por el gobierno peronista, fuertemente enfrentado al Partido Comunista. 

El antiperonismo de Kennedy se terminó cuando Perón fue derrocado, al verse desilusionada por el rumbo tomado por la llamada Revolución Libertadora. En 1956 se incorporó al Comando Nacional, uno de los primeros grupos de la Resistencia Peronista, liderado por el legendario César Marcos, un ex suboficial del Ejército que trataba de articular el peronismo con el marxismo. Como muchas organizaciones de la época, el grupo financiaba sus actividades con asaltos a empresas privadas. El más resonante fue el de Panificadora Argentina, del que Norma participó empuñando un arma de grueso calibre. Según dicen, fue la primera mujer argentina en usar un arma en un operativo político. Ese robo la llevó de nuevo a la cárcel. La primera había sido por antiperonista; esta vez fue por peronista.

Los inicios de Arrostito fueron similares, pero algunos años más tarde. En los tempranos 60, conoció a quien sería su pareja, Rubén Ricardo Roitvan, y ambos se sumaron a la Fede, la juventud del Partido Comunista, donde militaron durante un breve período. Norma y Rubén se casaron en 1964, y un año después cambiaron su orientación militante: se sumaron a Acción Revolucionaria Peronista, el grupo que conducía el matrimonio formado por John William Cook y Alicia Eguren.

En 1966, Arrostito participó en acciones de apoyo a un grupo de obreros portuarios que se encontraban en huelga y fue detenida. En la cárcel, conoció al guerrillero Fernando Abal Medina, siete años menor, de quien se enamoró, y quien la acercó al cristianismo revolucionario. Norma decidió separarse de su esposo para convivir con Fernado. Estarían juntos hasta la muerte de él en 1970.

III. Cuba

En 1961, Kennedy viajó a Cuba y participó de la Invasión de Playa Girón, donde las fuerzas revolucionarias vencieron a los estadounidenses. Según cuenta, hubo enfrentamientos entre los grupos argentinos que habían viajado a Cuba: algunos provenían del marxismo y otros de la derecha peronista, y estos últimos se horrorizaron al ver retratos de Marx y Lenin en la isla. Kennedy se alineó con ellos, y fue invitada a retirarse de Cuba por el gobierno de Fidel Castro: volvería a la Argentina convertida en una ferviente anticomunista. La experiencia fue breve, pero Kennedy conoció allí a Ciro Ahumada, un capitán del Ejército dado de baja por sus simpatías peronistas tras la “Revolución Libertadora”, que jugaría un papel decisivo una década después en la masacre de Ezeiza

La otra Norma también visitó Cuba, pero no pudieron cruzarse: fue varios años más tarde. En 1967, Arrostito había ingresado al Comando Camilo Torres, agrupación política de raíz católica en la que conoció, entre otros, a Mario Firmenich y Carlos Gustavo Ramus. Ese mismo año, viajaron juntos a Cuba para participar en la primera convocatoria internacional de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). Volvieron a la isla dos años después, pero esta vez con el objetivo de recibir entrenamiento específico en la lucha armada revolucionaria.

Norma Kennedy.

IV. Nuevas organizaciones políticas

Al volver de Cuba junto a Abal Medina, Arrostito intentó formar una célula revolucionaria junto a otros militantes, principalmente provenientes del Comando Camilo Torres que habían tenido formación militar en Cuba. Comenzaron a realizar acciones armadas y asaltos a dependencias policiales y sucursales bancarias con el fin de obtener armas, uniformes y dinero para la causa. Era uno de los núcleos iniciales de Montoneros.

El 26 de diciembre de 1969, siete militantes realizaron un asalto a cara descubierta al Banco de Córdoba, en la localidad de La Calera. Luego de un intenso tiroteo, lograron escapar. A partir de eso, comenzaron a avanzar en un proceso de integración con otros grupos político-militares de Córdoba (como el del cura Elvio Alberione), la Ciudad de Buenos Aires (el de Sabino Navarro) y Santa Fe (el de Mario Ernst). A través de conversaciones y operativos conjuntos, fueron convergiendo poco a poco en una organización común. Como parte del entrenamiento de la célula porteña, practicaban tiro y karate. Dentro de la organización, Kennedy recibió sus nombres de guerra: “Gaby”, “Irma” o “la Gaviota”.

Mientras tanto, Kennedy había tomado contacto con Alberto Brito Lima, fundador del Comando de Organización (CdeO), otro de los futuros protagonistas de la masacre de Ezeiza. Según contaba, Brito Lima ya tenía bastante trayectoria en el peronismo, vinculado a los sectores del conurbano, de los barrios más humildes, y formó el CdeO como parte de la Juventud Peronista.

V. Tomar las armas

El 29 de mayo de 1970, el Comando Valle secuestró a Pedro Eugenio Aramburu, figura central del golpe militar que derrocó a Perón en 1955. Arrostito fue la única mujer del Comando y usó una peluca rubia para pasar desapercibida. Ese día, la cúpula militar estaba en Campo de Mayo para celebrar el Día del Ejército, ceremonia a la que Aramburu no había sido invitado. Aprovechando la situación, el grupo guerrillero se dirigió al garaje vecino al departamento de Aramburu. Dos de ellos, Fernando Abal Medina y Emilio Maza, vestían ropas militares. Se hicieron pasar por enviados del Comando en Jefe y, así, pudieron pasar a la vivienda del expresidente.

Con Aramburu en su poder, los guerrilleros lo subieron al Peugeot, llegaron a la Facultad de Derecho, cambiaron de auto y se dirigieron a Timote, al campo de los Ramus. Allí sometieron a un “juicio revolucionario” a Aramburu. El 1 de junio, lo ejecutaron. Así se daba a conocer la organización Montoneros, que en pocos años pasaría de un puñado de militantes menores de 30 años a nuclear casi la totalidad de la guerrilla peronista en Argentina. La única integrante mujer de la conducción de Montoneros, en sus orígenes, fue Norma Arrostito.

El 7 de septiembre de 1970, Fernando Abal Medina cayó en combate: fue muerto en un enfrentamiento con la policía bonaerense. A partir de ese momento, Arrostito empezó a alejarse poco a poco de la cúpula montonera. Tenía crecientes discrepancias ideológicas y metodológicas sobre el accionar de la organización armada. Además, sufrió mucho la muerte de Fernando, que atravesó con mucha soledad. Desde ese momento, para la mayoría de los guerrilleros, Arrostito no fue Norma, Irma, Gaviota ni Gaby, sino simplemente “la Viuda”.

Mientras tanto, con la dictadura de la Revolución Argentina en retirada y ante el próximo retorno de Perón a la Argentina, las pujas internas dentro del movimiento se agudizaban y subían su nivel de violencia. En ese contexto, Norma Kennedy no vaciló en volver a usar las armas. En 1971 cayó en desgracia el delegado de Perón Jorge Daniel Paladino, acusado de traidor, y Perón entronizó en su lugar a Héctor Cámpora. Entonces, un grupo afín a Paladino tomó la sede del Consejo Superior de Justicialismo, ubicada en Chile 1468, en la Ciudad de Buenos Aires. El CdeO, con Kennedy y Brito Lima a la cabeza, se dirigió allí para desalojar a los díscolos. La batalla terminó con la muerte de Emilio Castro, miembro del CdeO, y con varios heridos. Entre ellos se contaba Kennedy: recibió tres disparos por la espalda

Norma Arrostito.

VI. El retorno de Perón

Pese a su distanciamiento de la conducción montonera, Arrostito estaba a cargo de una Unidad Básica Revolucionaria de Combate. Fue encarcelada por la policía, y junto a muchos otros militantes fue liberada el 25 de mayo de 1973 por la amnistía que decretó Héctor J. Cámpora apenas fue electo presidente. El 20 de junio de 1973, se movilizó con la Columna Sur hacia Ezeiza, para recibir a Perón en su regreso definitivo al país. 

La otra Norma formaba parte del equipo encargado de planificar el recibimiento del líder. La comisión era completada por el coronel retirado Jorge Osinde, los dirigentes sindicales José Ignacio Rucci y Lorenzo Miguel, y el dirigente de la Juventud Peronista Juan Manuel Abal Medina, hermano de Fernando. El desequilibrio era claro: la ortodoxia hegemonizaba el equipo. Kennedy y Osinde se preparaban para un enfrentamiento con el ala izquierda del movimiento.

Desde los palcos, recibieron con balas a los militantes de la tendencia revolucionaria. La historia es conocida: la Masacre de Ezeiza se cobró trece muertos y 365 heridos. Entre ellos, Norma Arrostito, herida en una pierna. Con intención de calmar a la gente, el dirigente juvenil Juan Carlos Dante “Canca” Gullo quiso tomar el micrófono, pero Kennedy se lo impidió. Reivindicó hasta el final esa decisión.

Ese mismo año, Kennedy estuvo a cargo de anunciar la fórmula Perón-Perón en el Congreso del PJ. Se llevaba bien con Isabel. Con López Rega, no.

VII. El 74

Los tiempos políticos eran muy acelerados. Así fue el año 74 de Norma Arrostito:

El 20 de enero, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del trotskista PRT, atacara la guarnición militar de Azul. El gobernador Bidegain, cercano a Montoneros, tuvo que renunciar, y con él su secretaria privada, Norma Arrostito. El 11 de marzo, la Viuda hizo su primera aparición pública en el masivo acto montonero de Atlanta, al celebrarse un año del triunfo de Cámpora en las urnas.

El 1 de mayo, Perón se enfrentó abiertamente con Montoneros en un discurso en Plaza de Mayo. El 20 de junio, Arrostito participó de un acto en conmemoración de la masacre de Ezeiza en el colegio secundario Carlos Pellegrini.

El 1 de julio, murió Perón. El 26 de julio, Arrostito habló en un acto en Mendoza, en el marco del enfrentamiento de la derecha peronista con el gobierno provincial de Martínez Baca, afín a la tendencia revolucionaria. Desde allí, llamó a enfrentar a Isabel Martínez de Perón y José López Rega.

En agosto, Arrostito se reunió en San Juan con Mario Firmenich, líder de Montoneros, y Mario Santucho, líder del PRT-ERP. En septiembre, Montoneros pasó a la clandestinidad.

VIII. Dos militantes incómodas

Pese a que Kennedy pertenecía al ala derecha del peronismo, su posición en el gobierno no era cómoda. Esto se debía a su enfrentamiento con el secretario privado de Perón, José López Rega, que fue ganando cada vez más lugar en el gobierno desde el Ministerio de Bienestar Social. Para el momento en que la movilización de la CGT contra el Rodrigazo hizo caer a López Rega, ya era demasiado tarde.

Del mismo modo, Arrostito no estaba en su mejor momento en Montoneros. En 1975, fue oficialmente separada de la conducción nacional por sus crecientes críticas. Sin embargo, no rompió con la organización: se mantuvo en la Columna Sur, pero allí fue progresivamente relegada. De estar a cargo del grupo pasó a ser sólo secretaria de organización: los líderes guerrilleros temían que encabezara una disidencia o buscara mayor autonomía, como hacía Rodolfo Galimberti en la Columna Norte.

El palco de Ezeiza.

IX. La Dictadura

Tras el golpe del 76, Kennedy fue acusada de malversación de fondos por sus actividades en el gobierno de Isabel Perón. Fue encarcelada en Devoto, a cargo del general Ramón Camps. Estuvo cinco años presa, pero se negó a declarar, por lo que la torturaron. Recibió descargas de picana en los ojos, lo que le dejó problemas de visión el resto de su vida.

El 2 de diciembre de 1976, Arrostito fue capturada por el Ejército. La Dictadura publicó una información falsa, asegurando que la montonera había muerto, buscando sembrar miedo en las pocas células guerrilleras que se mantenían activas. En realidad, estaba detenida en la ESMA, donde estuvo más de un año.

Como ordenaban las prácticas de la organización desde la captura de Roberto Quieto, Arrostito tenía pastillas de cianuro con las que debía suicidarse si era apresada. Intentó hacerlo dos veces, pero no lo logró. Durante todo el tiempo que estuvo desaparecida, estuvo encadenada a una bala de cañón de 25 kilos. Le desfiguraron la cara a golpes. Los torturadores la exhibían ante las otras fuerzas armadas como un trofeo de guerra. También la mostraban frente a otros montoneros detenidos como parte de la acción psicológica. Pese a la tortura, fue imposible extraerle información. Los sobrevivientes de la ESMA que estuvieron con ella cuentan que repetía una frase: “yo no colaboro ni me rindo”.

El 15 de enero de 1978, le aplicaron una inyección letal de pentotal. Su cuerpo fue desaparecido. No ha sido hallado.

X. Después

Una de estas historias sigue. La otra no.

Norma Kennedy fue indultada por el presidente Carlos Saúl Menem, por su condena por malversación de fondos públicos. Sin embargo, fue ferviente opositora al presidente, a quien cuestionaba desde el peronismo nacionalista ortodoxo. De todos modos, su carrera política estaba terminada, sólo tuvo algunas breves apariciones televisivas.

Declaró como querellante por el secuestro y desaparición de su hermana, Delia Kennedy, y señaló como responsable al teniente coronel Aldo Rico. La participación del carapintada en ese hecho nunca pudo comprobarse.

Murió el 20 de junio de 2017, en el 44° aniversario de la Masacre de Ezeiza, a los 84 años. 

XI. Vidas paralelas

Las dos Normas tuvieron inicios similares: comenzaron militando en el comunismo durante la proscripción, para luego acercarse al peronismo, como miles de jóvenes de los 60. Para ambas, viajar a Cuba fue un punto de inflexión, pero en sentidos opuestos: Arrostito volvió de la isla dispuesta a armar una guerrilla en Argentina; Kennedy, preparada para integrarse a la derecha peronista.

Ambas tomaron las armas en defensa del proyecto peronista. Se encontraron en Ezeiza, en bandos contrarios. Ambas fueron funcionarias en el tercer peronismo: Arrostito con Cámpora y Bidegain, Kennedy con Isabel y López Rega. Pero el derrotero de los 70 las devolvió a sendas similares: Arrostito se distanció de Montoneros, Kennedy del lopezreguismo. Ambas estuvieron presas durante la Dictadura: Kennedy de forma legal, Arrostito en un centro clandestino. Ambas fueron torturadas. Ambas sufrieron desapariciones: Kennedy, de su hermana; Arrostito, de su propio cuerpo.

Las dos Normas muestran los senderos intrincados que enfrentó el peronismo en los años de la resistencia. Sus vidas son testimonios de la enorme encrucijada que fue, para toda una generación, la lucha armada.