Doce terrenos, entre los que se destacan el Barrio Padre Carlos Mujica de Retiro, el Mercado de Hacienda de Mataderos y la Estación Dorrego de Villa Crespo, serán vendidos para cancelación de deuda y financiamiento de diversos programas de Infraestructura. Desde Fundación Urbe rechazamos la política de venta de tierras clave en la Ciudad de Buenos Aires.
La obra pública y la intervención permanente sobre el espacio público son dos elementos considerados favorablemete sobre la gestión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El recientemente inaugurado Paseo del Bajo junto con la construcción de los viaductos de los trenes Mitre y San Martín son obras que modifican favorablemente la dinámica del transporte en la Ciudad de Buenos Aires. El primero logra -aunque sea solo para el transporte pesado de mercaderías- unir los accesos norte con la Autopista Buenos Aires-La Plata y la Autopista 25 de Mayo. Los viaductos elevan la vía poniendo fin a la divisoria de la ciudad generada por la proliferación de pasos a nivel que causan demoras en el tráfico vehicular, especialmente cuando la frecuencia de los ferrocarriles es alta.
La importancia de dichas obras no debería justificar la venta de terrenos clave que terminan, en la mayoría de los casos, en manos de los grandes desarrolladores inmobiliarios argentinos y utilizados para la construcción de edificios de élite. Y esta situación no es solo una polémica planteada por la oposición política a Larreta en la Ciudad, sino un hecho informado y destacado por los medios de comunicación que, en general, apoyan las políticas de Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires.
Quienes justifican esta política de venta constante lo hacen con dos argumentos. Por un lado, que las grandes obras requieren fondeo. Por el otro, que esos terrenos tal vez no cumplen con los requisitos operativos para darle otros fines.
Cuando se sancionó la Ley 6.131.- el 13/12/2018, se operativizó en conjunto con Nación el préstamo de la Corporación Andina de Fomento por U$D 175.000.000 con el objetivo de financiar la obra del Paseo del Bajo. Esa misma Ley, en su artículo 6º, aprueba el Convenio celebrado entre el Gobierno de la Ciudad, el Ministerio de Transporte de Nación y la Agencia de Administración de Bienes del Estado. En dicho convenio, se acuerda que la Ciudad de Buenos Aires reciba, en propiedad, una serie de inmuebles del Gobierno Nacional.
Sin embargo, ¿qué pasó en la Legislatura Porteña el 4 de julio pasado? Con los votos de los partidos que integran la versión porteña de Cambiemos se autorizó una vez mas al Poder Ejecutivo a vender algunos de estos terrenos recibidos.
Nadie puede poner en duda la importancia de las obras mencionadas. No obstante, debemos observar y pensar si enajenar tierras es una decisión política acertada en un contexto donde el suelo, en las grandes ciudades, no solo es un activo económico sino que también posee un peso estratégico clave. Podrían ser utilizados a solucionar el déficit habitacional que padecen 500.000 habitantes de la Ciudad o en triplicar la cantidad de espacios verdes, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud.